En los negocios siempre hablamos de planificación, objetivos, métricas y resultados. Pero hay algo que pocas veces se aborda con la misma pasión y seriedad y que puede marcar la diferencia en la energía de un equipo: festejar los éxitos.
Así como necesitamos metas, también necesitamos emoción. Y esa emoción se renueva cuando celebramos. Un logro, por pequeño que sea, es un recordatorio de que estamos avanzando. Es una inyección anímica que refuerza el propósito y alimenta la motivación.
En OnData, cada año enfrentamos nuevos desafíos. Algunos los alcanzamos, otros no. Pero este 2025 nos ha traído varias victorias: nuevas marcas confiando en nuestro medio, más audiencia en el podcast, mayor comunidad y engagement en nuestras redes y contratos relevantes en nuestra línea de consultoría. ¿Estamos contentos? Sí. ¿Lo hemos festejado suficiente? Probablemente no.
Celebrar no tiene que ser algo complejo. Puede ser una pausa en la rutina, una comida en equipo o incluso algo grande cuando la ocasión lo amerita. Lo importante es entender que festejar no es solo una recompensa. También es una forma de estrategia.
Las metas no se cumplen por arte de magia. Requieren planificación, esfuerzo, perseverancia y también celebración. Porque cuando se celebra, se recarga. Y cuando se recarga, se sigue.
Por eso hoy quiero comprometerme a festejar más cuando alcancemos nuevas metas y también quiero comprometerme a compartir pronto nuestro nuevo proyecto, que por ahora no puedo detallar, pero sí puedo anticiparles que se vienen cositas.