Más allá de la Navidad: el auge del consumo en Ecuador
Ecuador experimenta un aumento en el consumo, impulsado por un cambio cultural y un mejor entendimiento del timing comercial.
Durante años, Ecuador no fue percibido como un país particularmente consumista. El gasto era más cauteloso, más racional, más ligado a fechas puntuales. Hoy, esa percepción empieza a quedarse corta. Basta con mirar alrededor: centros comerciales llenos, restaurantes con filas, tiendas repletas y promociones que se agotan en horas.
Decirlo en diciembre puede sonar obvio. La Navidad siempre empuja el consumo. Lo llamativo es que el fenómeno ya no se limita a una temporada. El Black Friday de este año, una fecha que las marcas ecuatorianas acogieron como propias hace poco, con escenas como las vividas en El Coral, o lo ocurrido a inicios de este mes con los juguetes de TuTi, muestran un comportamiento casi compulsivo por comprar, incluso sin que exista una necesidad clara detrás. Sí, yo sé. Lo de TuTi merece una columna, pero en realidad dejé ese tema para analizarlo en nuestro episodio del podcast que sale la semana del 22 de diciembre.
Las marcas lo entendieron rápido. Entre un cambio cultural y un mejor entendimiento del timing comercial, han logrado recuperarse incluso en un contexto económico complejo. No se trata únicamente de lanzar promociones, se trata de conectar y eso es lo que me gusta ver. Temporadas que se adelantan, se estiran y se superponen. San Valentín ya no dura un día sino un mes, la colada morada y las guaguas de pan aparecen en septiembre, el Día de la Madre se activa desde inicios de mayo y, casi con seguridad, apenas termine la Navidad veremos roscón de Reyes y filas para comprar algo que, en teoría, debería consumirse el 6 de enero.
Detrás de esto hay más que marketing agresivo. Hay una sociedad que encontró en el consumo una forma de escape, de gratificación inmediata y, en algunos casos, de normalidad en medio de la incertidumbre.
Para las empresas, el mensaje es claro: la demanda existe y responde al estímulo. Eso lo entiende perfectamente TuTi que, entre accesibilidad y distribución intensiva, conecta emocionalmente con sus públicos. Y de eso se trata, entender el mercado y generar propuestas que funcionen.



