Ver para dudar: el nuevo desafío de la era de la IA
La IA acelera la productividad, pero también pone en duda la realidad. La lección es clara: el pensamiento crítico será el verdadero filtro del futuro.
La semana pasada, The New York Times publicó un artículo que marca un antes y un después en la relación entre tecnología y confianza. Ya se veía venir, pero con Sora, la nueva app de OpenAI que permite generar videos hiperrealistas a partir de simples descripciones como “un oso comiendo dulces con un niño”, llegamos a un punto de quiebre. Estamos en la era en la que debemos dudar todo lo que vemos.
Cualquiera puede descargar Sora, aunque su acceso es solo por invitación, lo que ha convertido a Reddit y Discord en los nuevos mercados negros de códigos.
Hasta aquí, se puede ver el impacto de la IA en nuestro día a día: lo positivo, en cómo nos permite ser más eficientes; lo negativo, en su potencial para generar fake news, manipular percepciones o fomentar conductas dañinas, sobre todo en menores o personas vulnerables.
Para empresas, medios y artistas, el impacto también es profundo. El propio Times demandó a OpenAI por uso indebido de contenido periodístico para entrenar modelos de lenguaje como ChatGPT. Y esta semana, en OnData publicamos otro caso similar. Una demanda contra Apple por presuntamente utilizar libros con derechos de autor para entrenar su modelo Apple Intelligence.
No creo que la solución sea prohibir, porque perderíamos beneficios palpables en productividad y potenciación, pero sí es urgente regular. En esa línea, California se convirtió esta semana en el primer estado de EE. UU. en aprobar una ley (SB 243) que regula las plataformas de IA conversacional para proteger a menores y usuarios vulnerables desde enero de 2026.
Sin embargo, no deberíamos confiar solo en las leyes. La verdadera protección empieza en nosotros. Debemos ser críticos y no asumir que todo lo que vemos o leemos es real. Hace poco, Harvard Business Review publicó un estudio basado en más de 1.000 ocupaciones que demuestra que soft skills como el pensamiento crítico, comunicación, trabajo en equipo, entre otros, hoy son el verdadero diferencial. Son las que nos permiten adaptarnos, conectar puntos, liderar conversaciones éticas y anticipar riesgos. Justo lo que la IA, por ahora, no puede automatizar.



